TORRE DE VIVIENDAS EN ARTEIXO

2° premio Schindler ETSAC
Este proyecto, que lleva una gran reflexión teórica respecto de los modos habitacionales e implantación de los mismos, propone una mirada contemporánea fundamentada en la mezcla de usos de la torre de viviendas y su división interior. Dicho esto, tenemos una planta de torres circulares unidas entre sí que generan en su interior y mediante modelos matemáticos, unas determinadas formas continuas y mórficas que deben contener el programa habitacional y elementos verticales integrados (ascensores y escaleras) que dan estabilidad al conjunto.
La implantación e una torre en un entorno industrial se justifica gracias a la búsqueda de las grandes empresas en mostrar su solvencia mediante la creación de ciudades para sus trabajadores.
Una intervención que permite optimizar los recursos mediante la redensificación de la población en un único punto con unas necesidades semejantes, reducir la contaminación al concentrar los desplazamientos, abaratar los costes y mejorar la calidad de vida de sus habitantes. Se trata por tanto de un trabajo de revisión del zooning, en el que se estudian las ciudades sectoriales, su dependencia del sector servicios y producción desde una óptica contemporánea y sus modos de asentamiento.
La implantación del conjunto de torres (cota +25,00m sobre el nivel del mar) se hace en una zona alta de la parcela, como división entre la zona rodada de aparcamiento y la zona peatonal de esparcimiento. De este modo, el soleamiento del mismo es óptimo, teniendo a su vez unas buenas vistas a la costa, lo que nos favorece en el interior de las viviendas. La entrada a la torre se hace mediante un camino pavimentado y cubierto por una pérgola. El resto de accesos, se hacen mediante las dinámicas personales y los caminos que se trazan mentalmente a lo largo de la parcela, pero no previamente marcados.
Es el círculo como figura geométrica, el que tiene la misma inercia y la misma distancia al centro en todas sus direcciones, la representación de una línea sin fin, la figura que menor resistencia al viento presenta. Es en este punto de partid,a en el que la torre se atomiza, se divide en varias torres unidas entre sí, dando espacios comunes que no rompen esta geometría primitiva y optimizando tanto las vistas como el soleamiento de las viviendas.
Desde el momento en el que intervienen las conveciones culturales se pierde la espontaneidad y la arquitectura se aleja de la naturalidad de la vida. Más fundamental que la disposición del espacio en si, es la facultad de saberse libres para situar las cosas de uni dentro de él, para colocarlas a su antojo. Esto es lo difícil de entender para los arquitectos.
John Habraken, defiende la participación del usuario en la construcción de su vivienda, por lo que, se proyecta un soporte estable y fijo, el usuario o grupo de usuarios, tienen que, en el proceso de habitar va implícita la okupación, que no deja de ser el acto de patrimonializar algo que fue proyectado por otro. La mente del arquitecto, que antecede al proyecto, le cede el testigo de una forma más o menos consentida al que va a habitar el espacio para que éste lo asuma como propio.
La estructura es aquello que sustenta el edificio, una parte fundamental a diseñar minuciosamente para que se comporte como un todo con el resto de los elementos que la integran. En este sentido, puse la vista en las estructuras biométricas, aquellas en las que el esqueleto genera la forma final de un animal, buscando la mayor optimización de los elementos y a su vez que sean lo más esbeltos posibles para conseguir aspecto de ligereza. Se busca además el mayor proceso de rapidez de montaje, como si fuese un mecano en el que, teniendo las piezas básicas, simplemente tendríamos que ensamblarlas unas con otras in situ y en seco, con dimensiones que permitan su transporte sin necesidad de recurrir a camiones especiales.
Estos principios trasladados al proyecto, me llevan a la dicotomía de lo tectónico y lo estereotómico planteada por Campo Baeza, teniendo un sótano y cimentación de hormigón (que sería lo estereotómico) y el sistema de diagrid metálico en la parte caliente de la fachada que conforma las diferentes torres (que sería lo tectónico).
La idea de que ninguna línea sobre o esté de más, lo justo para poder distribuir y vivir y definirnos por como nos movemos en el espacio y que a su vez que no sea una visión opaca, que permita la entrada de la luz y la libre circulación del aire por el espacio, un ejercicio en el que el dentro y el fuera se diluyan y no hay una línea divisoria clara entre una y otra situación, dejando libre a su vez el arco de visión periférico de la propia vivienda, pero que a su vez nos recuerda a una caverna, aunque contemporánea, ya que el ser humano tiende al refugio por instinto.


